MARIO
MOLINA
(Veracruz, 1942) CientÃfico mexicano especializado en quÃmica atmosférica
que investigó los efectos dañinos de los CFC sobre la capa de ozono. De la
trascendencia de sus estudios dan fe la firma en 1994 de un protocolo
internacional que prohibió la fabricación de CFC y el premio Nobel de quÃmica
que le fue otorgado en 1995.
Durante la década de 1960 cursó estudios
en la Facultad de QuÃmica de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Realizó estudios de postgrado en Alemania, y obtuvo el doctorado en la
Universidad de California, Berkeley, en 1972. Vinculado al Instituto
Tecnológico de Massachusetts desde 1989, adquirió la ciudadanÃa estadounidense
y fue nombrado profesor titular en 1997.
Además de su trabajo docente, realizó
una fructÃfera labor de investigación, interesándose, sobre todo, por el
problema ambiental. Molina se convirtió en un cientÃfico renombrado por sus
contribuciones al conocimiento de la naturaleza quÃmica de la atmósfera
terrestre, en particular de la estratosfera. Fue uno de los primeros
cientÃficos en alertar al mundo sobre el peligro que representan para la capa
de ozono los clorofluorocarbonos (CFC) empleados en aerosoles, refrigerantes y
solventes, tanto de uso industrial como doméstico.
Molina y su colega estadounidense F.
Sherwood Rowland no se limitaron a señalar el adelgazamiento de la capa de
ozono sobre la Antártida. En 1974 divulgaron sus teorÃas en un artÃculo en la
revista Natura. Para los investigadores, los clorofluorocarbonos (CFC), que se
habÃan estado utilizando desde 1940 en aplicaciones como las citadas, estaban
destruyendo la capa de ozono estratosférico. Tal capa protege a los seres vivos
de los letales rayos ultravioleta provenientes del Sol, lo que justificaba la alarma
y la necesidad de tomar medidas. Sin embargo, sus advertencias fueron en aquel
momento menospreciado y considerado excesiva por un sector de investigadores.
Desde
1974 divulgó sus descubrimientos sobre esta materia y asesoró a empresas e
instituciones públicas y privadas. Puesto que su descubrimiento afectaba
intereses de poderosas compañÃas quÃmicas, Molina y Rowland tuvieron que
defender su teorÃa ante la sociedad y los polÃticos. Al final, las grandes
empresas fabricantes de esta "sustancia maravillosa", como llegó a
ser considerada por su estabilidad quÃmica, reconocieron el hecho
No hay comentarios:
Publicar un comentario